jueves, 8 de marzo de 2012

Sombrío enviado

Una quimera se gesta mientras un ritmo canalla se funde en mi mente, mi respiración desaparece y mi reflejo se oscurece en los cristales dejando unas oscuras alas rodeando mi cuerpo desnudo y desangrado, siento que la bruma espesa de la noche eterna acaricia mi piel fría con una devoción perversa, mis ojos se abren como rojos faros inmortales rodeado de la profunda umbra en mi trono rodeado de la helada soledad y logro ver mas allá las diferentes sombras bailando frenéticas en un carnaval grotesco, extiendo mi brazo izquierdo con una maniobra que resulta en un gesto las sombras se arrodillan ante mi, me levanto imponente mientras mi boca traga el negro tinte a mi alrededor y mi pecho se infla enérgico, tomo una abismal espada fraguada en odio y forjada con la mejor de las iras, mis alas se abren causando un gran estrago en los aires y lentamente comienzo a avanzar por las escaleras de mi silla, imponente al igual que un dios que desciende del Walhalla a concretar el imperio formado por un solo integrante, me dispongo a ser la mano de mi diosa nemesis con la férrea voluntad de un tirano, me visto de muerte rondando entre tus pesadillas y las sombras que parecen crecer cuando me acerco a tu descanso como la criatura plutónica que viene del mas profundo averno, soy yo el alma descarriada que vaga incesante entre los rincones de la ciudad en la bohemia portando para si la pecaminosa gloria, soy el que regalará la oportunidad de que tus vanos deseos se transformen en la daga que sacie tu mortalidad. Me ubico lentamente en medio de las columnas plomizas y me elevo hasta caer sobre los tejados de las torres mas altas y arrojo un devastador gañido el cual es respondido por los cielos con nebulosas nubes y estallidos de tormentas, la lluvia cae como si deseara limpiar cada composición de mi ser y solo cierro mis ojos inclinando mi cabeza, me quedo observando silencioso desde las cúpulas eclesiásticas como un rapaz al acecho, aferrado a una de las cruces en la cúspide mientras las calles arrojan su cotidianidad con parias, no sé bien si mi papel es el de un engendro gobernado por el deseo de redención o un ángel que ha renegado de su paz... sea como sea estoy entre mortales...

1 comentario:

  1. Quizás, al igual que en mi posteo anterior, tu papel está determinado por ambas posturas, la del angel o la del engendro, pues me parece que no son distintas. Talvez encontrar el camino, la recta final, el último punto de tu sendero, ver la cumbre, te haga ver tu papel más claramente.

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