miércoles, 16 de mayo de 2012

vestimenta de piel y sangre

Dando pasos ya muy lejanos a mi reposo me moví ligero entre brisas heladas, entre el sendero que se prologaba ya por planicies dejando atrás las cumbres, diviso una estructura erguida en madera con tenues luces de sus ventanas y una música murmurando en cada rendija, gente vestida elegante con mascaras dando culto a la noche y entregadas a un frenesí social, se movían al ritmo que dictaban los músicos elegantes en un escenarios, me precipité sin ser notado entre la concurrencia y en un estado de arrojo solo observé que a pesar de estar entre ellos era ignorado, estando sin estar, caminé y dancé junto a ellos, traté de entender sus extrañas costumbres pero con suerte lograba entender su dialecto, era mi idioma pero a la vez no lo era, estaba en medio de una clase que parecía ser alta pero sus vestimentas no eran de las que yo conocí en mis tiempos en vida, sin mas solo me encogí de hombros y contemplé cada detalle en su celebración, me sentí deslumbrado y muy curioso por una joven mujer, la seguí puesto nadie advertía mi presencia en esta gran casa, al menos eso podía apostar que nadie se daría cuenta de mi existir pero alguien se puso nervioso y se desvaneció, provocó un extraño alboroto yo inmediatamente aproveché sus tejido y me incorporé en él, abrí mis ojos, pero no eran mis ojos, podía sentir nuevamente como sentía antes, moví mis dedos y miré a mi alrededor, la gente sobre de mi observando si "estaba bien", volvía a vivir claro que "estaba bien", me levanté sin dar palabra alguna y me sacudí un poco la ropa, me acerqué a aquella chica a la cual en un principio seguí, extendiendo mi mano para invitarla a bailar, ella puso su mano sobre la mía y avanzamos hasta el salón, todos se movían algo frenéticos pero yo me movía lento y fluido, a pesar de estar en carne aun las personas intuían en su subconsciente la rareza de mi naturaleza. Una vez que provoqué el momento perfecto para mi pareja de baile acerqué mis labios lentamente a los suyos, su piel era tibia y podía sentir su pulso, sentí un extraño calor en mi y ella se enfriaba, no podía detenerme, sentí que succionaba su alma y que eso me hacia vibrar con mayor fuerza, hasta que su corazón dejó de latir y calló, su aspecto parecía enfermizo y debilitado, toda la concurrencia quedó impactada, yo me escabullí entre la masa sin llamar la atención, me sentía muy vivo y enérgico, ahora ya poseía un vehículo en el mundo de la carne, una vestimenta de piel y sangre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario