jueves, 23 de febrero de 2012

Condenados a la industria

El péndulo comienza a cruzar el vacío mientras los engranes siguen su ritmo escupiendo el polvo que los a enmohecido por un incontable tiempo, los maderos roncan junto al metal que rechina en gritos mudos, el sistema funciona perfectamente a pesar de que olvidado estaba y la impresión de un colapso es próxima, el vapor silba bravo y humedece su alrededor colérico, las válvulas de presión comienzan lentamente a formar una sinfonía y un martilleo en metal marca la marcha de la oxidada maquinaria. Lejos en las bodegas obsoletas por el tiempo el silencio es violentado con un alboroto de antaño, las aves aterradas despegan del suelo mientras que de los techos las chimeneas escupen humo negro y de las ventanas escapan luces rojizas como si el averno se sucediera en las entrañas de este edificio de viejo ladrillo, el bosque de la imponente montaña abraza junto a la noche a esta fabrica que ha vuelto a entrar en funcionamiento misteriosamente, los mismos condenados que alguna vez pusieron en marcha estas maquinarias vuelven a ponerse en pie como susurrros que irremediablemente vuelven a sus actividades, el calor de las calderas contrasta con la gélida sensación que produce ver a estos mártires del pasado al igual que con una película de la "belle epoque" sus movimientos parecen rápidos, torpes y con poca continuidad, un ejercito de los que alguna vez fueron los hombres de las revoluciones industriales ahora solo vemos parias en forma de ecos presos en su rutina. Aun ignoran mi presencia al igual como lo hubiesen hecho en vida y trato de explicar estas visiones como si parte de mi imaginación fuesen, pero por mucho que trato de convencerme me siento victima de unas de las peores tretas que mi mente o la realidad me ha jugado, termino riendo a carcajadas y rompo el sello en mis labios: -¿Soy yo el que está mal?, aun muertos ustedes solo trabajan, ¿Y yo estoy mal?, se condenan eternamente por la miseria, ¿y yo soy el enfermo?. Pero el destino es cruel y solo le encanta burlarse de mi, los que creí fantasmas resultaron tan reales como yo y no se tardó en llevarme con un "especialista"....

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