miércoles, 8 de febrero de 2012

Recuerdos de mi vida

Ubicado en el centro de un yermo rodeado entre cadáveres y escombros por donde piso, sensaciones viscosas y húmedas a mis pies por las viseras regadas en la tierra, cada paso suena con el crujido de un hueso humano y mi cuerpo cansado busca donde guarecerse, la infección arrasa nauseabunda mi olfato y vomito entre tanto desecho orgánico, por ahí un quejido se hace notar y una débil mano se alza, un agonizante hace su ruego "matame, matame, matame" , lo miro y sigo mi camino hacia ese estandarte rasgado que baila lentamente junto al viento, un clima extraño bajo un sol que muerde un aire plomo y nebuloso, visibilidad escasa y mi respiración cada vez es menos eficaz, al llegar a ese estandarte me apoyo en el y simplemente me siento a su lado sin dejar de apoyar mi espalda, tomo la daga de mi cinto y en ella aun se ve mi reflejo mal trecho, me arranco la ropa de mi dorso y respiro profundamente, la daga es alzada por mis dos manos y cae sobre mi rompiendo mis costillas y avanzando sin compasión hasta mi corazón, la leche férrea de mi corazón empieza a salir desde la cavidad en la que se aloja el cuchillo y esta ensucia mis manos con mi pecho deslizándose por cada latido que se va apagando hasta llegar al suelo, de mis fauces la sangre también empieza a ahogarme por cada intento fallido de respirar, el dolor no es tan fuerte como parece, las toxinas en mi cerebro me hacen ver toda la escena diferente, me veo apoyado en aquel árbol en medio de las montañas resguardado por sus sombras en medio del pasto y una brisa fresca recorriendo mi piel, de mis ojos brotan lagrimas y mi cabeza se inclina soltando una exhalación final.... mi cuerpo descansa bajo el árbol alimentando a la tierra, al igual que la daga descansa en mi pecho regando mi sangre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario