lunes, 3 de septiembre de 2012
Entre placer y muerte
La copa de vino tentaba con su rojizo al tipo que una y otra vez
le daba un sorbo y contemplaba silencioso el fuego apoderándose de los
leños en una habitación de marcados grises, sentado en un sillón junto a
la soledad y la luz danzante del fuego mientras recordaba una y otra
vez aquellos eventos acercando su mano derecha a su frente y bajando
levemente la mirada se dibujó un escenario de arboles, neblina, tierra
húmeda y una joven pareja temblando de frio mientras un viento se
clavaba entre sus desprotegidos cuerpos, ella cae con un blanco vestido y
la chaqueta prestada del muchacho, él trata de interceptar su caída y
lo logra a medias terminando ambos abrazados en el suelo húmedo, se
miran fijamente y una sonrisa cómplice se manifiesta en ella mientras él
responde posando sus labios en los de ella, las hojas caían y el sol
pálido desde lo alto se mantenía mientras los cabellos de la muchacha
cubrían la cara del joven y uno sobre otro parecían uno solo. El hombre
aun sostenía su copa de vino y cada vez que la acababa la llenaba otra
vez y nuevamente se trasladaba a ese entonces dibujando en su imaginario
a los mismos jóvenes en el mismo lugar pero esta vez una noche,
sometidos por aguas ardientes y desenfrenada lujuria dejaron sus prendas
aparte para sentir el calor de sus cuerpos y sudar producto de un ritmo
lascivo e instintivo, la luna era una prófuga impedida de ser vista por
la niebla ahora mas espesa que antes mientras ambos jóvenes continuaban
con su placentero ritual pero algo extraño comenzó a suceder ella
estando cabalgando sobre la pelvis del muchacho se estira para alcanzar
un plateado objeto pero él hundido en los interiores de la muchacha
posaba sus manos en sus caderas y su lengua recorría el cuerpo de la
joven sin advertir que ella comenzó a rasgar su piel con una daga dopada
por el placer y rasgó el torso del joven para luego pasear con su boca
por los pectorales con incisiones y el solo se entregó sin sentir gran
dolor.... todo parecía novedoso y placentero pero sin decir nada, ella
perforó su esternón con la daga sangrando sobre el muchacho que de su
cara nació desesperación y dolor, rápidamente la acostó apoyando su nuca
en sus muslos como en antaño y trató de abrigarle y darle aliento, pero
en la chiquilla solo se dibujaba un rostro de plenitud y con una voz
suavemente moribunda agrega: "siempre quise morir entre tus brazos". Él
llorando solo se preguntaba por qué, besaba una y otra vez su piel
congelada quedando pintado de la sangre y de su boca un grito surge que
lentamente se torna en un silbido que estremeció a la misma noche,
permaneció al lado del inerte cuerpo por mucho tiempo y tomando la daga
se apoya cerca de un árbol para clavar su esternón, cae sentado con el
torso aun desnudo y descalzo pero no es capaz de cometer el suicidio, se
toma la cabeza con sus manos y la aprieta para luego arrancar algo de
sus cabellos, finalmente se viste y toma al cadáver entre sus brazos por
ultima vez para llevarlo a una laguna cercana, al llegar lo deposita en
el agua y le da un ultimo beso entre sus gélidos labios mientras
contempla como lentamente se hunde y desaparece entre las oscuras
aguas... El hombre con su copa de vino sonríe mientras que de sus ojos
cae una sola lagrima poniendo nuevamente otro leño en el fuego y
sirviendo mas vino en su copa.
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