miércoles, 28 de septiembre de 2011

la caverna de belial

Un día como hoy me recuerda una historia:
"un joven viajero subiendo la montaña fue atrapado por la noche y su frió, iluminado solo por la luz de la luna, acompañado solo de su caballo, subía entre medio del bosque, la oscuridad abrigaba su cuerpo, miraba hacia los arboles y nada podía ser percibido por sus ojos, pasando algo empezó a moverse entre las ramas, es solo el inquieto viento pensó, pero el caballo empezó a apurar su marcha, y no lo lograba controlar, de pronto se escucho un crujir entre las ramas, el caballo corrió, y una rama no avisó su presencia, y el jinete calló, el caballo continuó con la montura vacía, rápidamente el jinete se paró, y el miedo lo consumió, empezó a correr tras el caballo, sentía que algo lo perseguía, tropezaba con las piedras en el suelo, hasta que llegó a una planicie sin arboles, la luna teñía todo de azul en lo alto, pero no quedaba mucho tiempo, pronto se escondería detrás de las montañas, mas adelante logró ver una luz naranja y una pequeña columna de humo, fue hasta allá, volvía a empezar el bosque y se escuchaba agua correr cerca, y ahora armado de un palo el joven se introdujo en el espeso bosque, se escuchaba una dulce melodía de algún instrumento de viento, risas se escuchaban alrededor de él, también llantos, pero solo buscaba llegar a la luz, su corazón estaba acelerado y la luna ya empezaba a ocultarse, hasta que llegó a una fogata, y una silueta sentada en un tronco tocaba una rustica flauta, se dio vuelta y miró al joven, su cara estaba con una crecida barba y vestía ropa hecha de lana y cuero de animales, le preguntó al joven si estaba perdido, el joven solo asintió con inseguridad, el hombre sonrió y le dijo que se sentará al lado de él y que compartieran la sopa que calentaba, y le dijo: no es bueno estar solo en el bosque a estas horas, mucha gente se a perdido en la oscuridad de las montañas, las montañas son muy posesivas, y sus criaturas muy agresivas y territoriales.
El joven le respondió: creo que ya me he dado cuenta, ¿y usted que hace aquí?
-¿yo?, estoy a veces aquí otras veces allá, vivo de la naturaleza y aveces del hombre.
- ¿y no se siente solo?
- escucha, es el sonido del bosque, escucha como los arboles conversan entre si, con cada crujido que hacen, no estoy solo, converso con ellos, y trato de darles música.
Permanecieron en silencio por un largo rato, el joven miraba el fuego y el hombre seguía tocando su instrumento, de pronto una brisa acarició la nuca del joven el cual estremeció brutalmente sus sentidos, se escuchaban de nuevo las ramas crujir en los arbustos, el joven se asustó, y de entre medio un gran perro de color blanco plomizo apareció, miraba fijo al joven y se acercó lentamente y el hombre se acercó al perro y lo acarició.
miró al muchacho y parló:
-A llegado la hora debo retirarme, si sigues ese camino y logras pasar por donde está el arrollo, llegaras a una caverna, te puedes refugiar ahí de la niebla que caerá, creo que dentro hay algo de leña.
- ¿por que debo tener cuidado con el arrollo?
- La mayoría de la gente desparece allí, las criaturas beben agua de ahí, y si escuchas una voz solo continua, y escuches lo que escuches, veas lo que veas, ignóralo.
Una niebla espesa calló, el viejo desapareció en ella junto a su canino, el joven siguió el camino, a su alrededor se oían mas risas y llantos, y el correr del agua se hacia mas intenso, y la luna ya estaba oculta, el negro bañó el ambiente, una pequeña antorcha ayuda al muchacho en la oscuridad, llegó al arrollo y una mujer de vestido blanco radiante tomaba agua, su cabello era castaño claro, su piel muy blanca, parecía brillar en la oscuridad, de pronto levantó la cabeza y miró al joven, su belleza era enorme, el joven se sentía nervioso, pero continuó caminando y pasó por su lado, y la mujer se levantó y empezó a caminar junto a él con la cabeza gacha, el trataba de ignorarla y no podía, ella susurraba despacio no se alcanzaba a entender lo que decía, el joven temblaba..... Miró para al lado y la joven ya no estaba, su asombro fue tremendo, y escucha una gran sinfonía de ramas y de matorrales moverse alrededor de él, mira y tres perros blanco aparecen a su alrededor, se atemoriza y empieza a correr, corre y corre, sin mirar atrás, su corazón acelerado, hasta que se calló y un grito se oyó a lo lejos, miró hacia atrás y nada, rápidamente se levantó y encontró la caverna, rápidamente juntó la leña, y frotando las leñas entre sí logró encender una pequeña braza, se arrinconó a un costado de la caverna, y permaneció inmóvil, trataba de dormir pero escuchaba que susurraban a su oído su nombre y luego: "todo estará bien, estoy juntó a ti, no estarás solo......" y se quedó dormido al fin, el silencio envolvía el ambiente.
Y al otro día el sol envolvía las montañas, un perro lamió la cara del joven, y un hombre armado de un fusil se acercó, le preguntó si estaba bien, el joven miró por todos lados y estaba en el lugar donde había caído de la montura, se puso de pie y respondió:
-si, creo que lo estoy, a noche me caí de mi caballo y creo que quedé inconsciente.....
-bueno ven conmigo, en mi casa me espera mi esposa, no se molestará si tiene que servir un plato mas.
-gracias.
-no hay de que, por cierto, ¿tocas flauta?
-no, ¿por qué?
-¿entonces por que llevas una colgada de tu cuello?

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