27 de octubre de 2011, 3:17

Pasos pesados van azotando el suelo con fría indiferencia, las tablas reciben al invasor con crujidos y el polvo asciende al aire enrarecido, un suceso tras otro mientras el pasillo se abre y se cierra en nebulosas inciertas, las arañas curiosas se aferran a sus hilos invisibles solo para volver a sus aposentos, las cucarachas arrancando de los pies que avanzan sin piedad, las moscas llevadas por la brisa de la presencia que ha irrumpido en la quietud, el silencio entre las paredes se transforma en un caos, desorden del que no se tenia noción desde unos cuantos años, un ser entra así nada mas violando la tranquilidad de un santuario, dilacerando la calma de una bóveda cerrada, la Inmaculada paz es herida y como quien acciona un switch un mecanismo extraño de defensa se activa en el entorno, y ahora una presencia incorpórea toma el rol de custodio y el intruso en un principio de gran valía desploma lentamente su moral, hasta al punto de una reacción animal de temblar y soltar un desesperado grito, pero como en todo ser existe un cobarde también hay un imprudente aventurero que suelta tartamudeando una pregunta:"¿quien eres?", al oír una estrepitosa risa en el ambiente se aferra a una fe racional, "no es nada, no es nada, solo sugestión, nada mas", pero le acarician la nuca y al final del pasillo una sombra blanca vuelve a reír, el intruso corre de vuelta con velocidad sin embargo las puertas ya no existen....la desesperación ya se mezcla con su corazón y cuando ya lo desconocido parecía firmar una sentencia de muerte, solo un sueño hace saltar al hombre en su cama abrumado y en medio de la oscuridad una chica vestida de blanco y casi radiante le pregunta: "¿esta bien?, parece a ver visto un fantasma" y una música funesta cierra la escena.