miércoles, 21 de diciembre de 2011

Sintomas de primavera

Alertados por los ancianos los solitarios decidieron aventurarse, no obstante a las puertas se encontraba la enfermedad que destroza el espíritu impetuoso y orgulloso, carcomiendo con envidia y amargo sabor, tratamos de no delirar pero el subterfugio ya nos domina, inclinamos el moño con una reverencia pero solo deseamos destruir tu felicidad. Solo porque estamos enfermos y no vemos felicidad propia en la ajena, apenas respiramos y nos retiramos a un lugar tranquilo, nos transforma en un taciturno y nostálgico ser. La peste azota ahí afuera, junta a la pureza de los brotes de flores y las avecillas enamoradas, todo florece menos los que están enfermos, todos ven de colores y nosotros los portadores de esta epidemia miramos en la sombra con desdén soberbio.

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